A propósito de Las Gansas: los gays en la TV abierta chilena, de la burla al orgullo.

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DISCLAIMER: El autor de este artículo es un heterosexual criado en un entorno mayoritariamente católico, educado en un colegio católico (aunque formalmente apóstata desde el 2019), que creció en un ambiente donde la homosexualidad era objeto de burla, donde muchos afirmaban que si tuvieran un hijo gay lo matarían, y donde considerar "normal" lo que no sea masculino ni femenino resulta inconcebible. Además, el tema de las distintas orientaciones sexuales (LGTBIQ+) es un auténtico “Sudoku” para mí. En otras palabras, el actual contexto me resulta desafiante, pues aunque lo pueda entender racionalmente, tengo a mi subconsciente jugando en contra.

La llegada de “Las Gansas”, dúo conformado por César Muñoz y Luis Aliste, a las pantallas en La Red, constituye un hito importante en la historia de la televisión chilena. Este par de simpáticos conductores, nacidos en “Ciudad Cola” de Súbela Radio y con varios años en Vía X de donde fueron incomprensiblemente despedidos hace poco, se convirtieron en protagonistas del primer programa de la TV abierta de la comunidad LGBTIQ+, para la comunidad LGBTIQ+, con una buena mezcla de temáticas de actualidad y performances artísticas, donde se pueden mostrar a sus anchas y orgullosos de su identidad, lo que en el pasado solamente podían hacer en instancias underground como “Los años dorados de la Tía Carlina” o el Circo Timoteo.. Este es un hecho notable para una industria televisiva históricamente cargada a la homofobia, que condenaba a los “abiertamente gays”·a ser material de parodia.

Hasta hace pocos años, la homosexualidad abierta era motivo de escarnio en TV. En el rubro comedia se hicieron un festín con ellos, partiendo por el segmento “Le Bisoñé” del Jappening con Ja, basado en el arquetipo del “peluquero amanerado”; aparecieron personajes como Tony Esbelt (Mauricio Flores), Alfonsito (Gilberto Guzmán), Chalo (Claudio Reyes), El Cochiguaz (Claudio Valenzuela) y el anciano amanerado y cuico representado con frecuencia por el veterano actor Enrique Madignac. Eran material recurrente para los humoristas del Festival de Viña, partiendo por la recordada rutina del "soapizas" de Hermógenes Conache de 1984. Ni hablar de Yerko Puchento.

Las teleseries han tenido personajes gays, que inicialmente respondían a la caricatura del “amanerado”: Luisín (Humberto Gallardo) en “La Madrastra”; el mayordomo Amadeo (Luis Gnecco) en “Trampas y Caretas”; el chef Pierre Lafont (Felipe Armas) en “Marrón Glacé”; Macario Ortega (Mario Soto) en “Pampa Ilusión”; “El Rucio” (Andrés Velasco) en “Amores de Mercado”; Recaredo Oyarzún (Mauricio Pesutic) en “Purasangre”, etc. Los primeros personajes “gays con aspecto de heteros” fueron Ariel Mercader (Felipe Braun) en “Machos”, y la pareja de Efraín y Humberto (José Soza y Luis Alarcón) de "Puertas Adentro"

En el ámbito informativo, la homosexualidad era tratada como una rareza, por no decir que como una plaga. En los años 80 del siglo XX, en los primeros tiempos del SIDA, hubo sendos reportajes en respetados programas como “Informe Especial” y la serie “Mundo” de Hernán Olguín en los que se ligaba esta enfermedad con la homosexualidad, al punto de hablar de "la peste rosa", lo cual fue exacerbado por las muertes de destacadas personalidades gays como Rock Hudson y Freddy Mercury. Existieron (y quizás todavía existan) grupos cristianos ultra-conservadores que funan los funerales de gays muertos de SIDA llevando carteles que dicen “God Hates Fags” (“Dios odia a los maricones”).

En el ámbito musical, desde siempre hubo artistas importantes abiertamente gays como Elton John, Boy George, Freddie Mercury, George Michael, Liberace, etc, lo cual era considerado un rasgo llamativo incluso más allá de sus indiscutibles talentos artísticos. En particular, el trato al vocalista de Queen fue horrible: a mediados de los 80 prohibieron la entrada a Chile de la emblemática banda británica porque los miembros de la Junta de Gobierno y sus esposas consideraron a Mercury un “mal ejemplo” y “promotor de la homosexualidad (además de cuestionar el pelo largo de Brian May); recuerdo haber leído que, tras la muerte de Mercury, en una reunión de patio de cierto colegio, un profesor o sacerdote habló a sus estudiantes formados manifestando su “complacencia” por el hecho, por motivos similares. Otros artistas jugaban con el tema, como David Bowie, Miguel Bosé y Locomía; y otros se sumaban al escarnio, como la banda de cumbia argentina “Sultanes” y sus clásicos como “Decile que lo quiero (estoy saliendo con un chabón)” y “El Chupete (agente agente)”. En los inicios del rock latino, cuando artistas como Soda Stereo y Fito Páez llamaron la atención por sus outfits de “raros peinados nuevos”, maquillaje recargado y labios pintados, muchos consideraban eso como signo de homosexualidad y se hablaba en ciertos círculos de “Sida Stereo” y “Fleto Páez”. A esto se sumó la muerte debido al SIDA del vocalista del grupo "Virus" Federico Moura.

El escenario cambió a nivel mundial. Para pesar de los sectores conservadores, la homosexualidad empezó a dejar de ser tema. La "salida del closet" de un ícono pop mundial como Ricky Martin marcó un antes y un después. Otro caso notable es Rob Haltford, vocalista de Judas Priest, considerado "dios” y referente máximo de un género musical rematadamente machista como el Heavy Metal. Las oscarizadas películas “Rocket Man” y “Bohemian Rhapsody” reafirmaron a Elton John y a Freddy Mercury en su calidad de leyendas musicales más allá de su orientación sexual.

Si bien la homofobia sigue lamentablemente presente, en estos tiempos la comunidad LGTBIQ ha tenido instancias para mostrarse en la TV chilena. Si bien siempre hubo homosexuales con participación activa en la TV abierta, como los fallecidos Patricio Araya e Italo Passalacqua, y existieron rumores respecto de otros como la emblemática actriz Ana González, ellos mantuvieron bajo perfil al respecto hasta hace poco. Se le empezaron a abrir espacio a rostros gays, aunque inicialmente permanecían dentro del clóset, o tenían aspecto hetero o metrosexual: Juan Manuel Astorga, Andrés Caniulef, Jordi Castell, César Campos, José Miguel Villouta y José Antonio Neme. Posteriormente surgió la competencia de transformistas “The Switch Drag Race” en Mega. “Las Gansas” son la guinda de la torta, la coronación de todo: dos personajes abiertamente gays que demuestran serlo sin complejos ni contemplaciones, y que con ello representan a una comunidad históricamente humillada que ahora se muestra con orgullo. Después de tener un programa propio, se pueden plantear ideas más ambiciosas como una serie chilena gay en TV abierta, programas de debate en donde se discutan los temas con claridad (como de hecho lo hacen “Las Gansas”), o teleseries donde la temática homosexual se trate con más sofisticación que la mera “salida del clóset”.

La comunidad gay ha llegado para quedarse, gústele a quién le guste, y los que fuimos criados en los paradigmas tradicionales tenemos que hacernos cargo de esto, reevaluar nuestras creencias y asumir una postura respecto a este cambio en la TV y en la sociedad. Oponer resistencia no aparece como algo factible, así que hay que hacerse la idea de entender y abrazar esta nueva realidad, aunque sea por mero pragmatismo.

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