Las lecciones del “Chanelazo” español de Eurovisión: profesionalismo, bullying y progresismo tóxico.

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El notable desempeño de la cantante cubano-española Chanel Terrero en el reciente Festival de Eurovisión dejó muchos temas a analizar y muchas lecciones que sacar.

Por lo general, el Festival de Eurovisión es un tema poco relevante para Chile más allá de la gente de la industria musical y del limitado círculo de “eurofans” o seguidores del evento que hay en nuestro país. Quizás hubo algo más de interés este año por la participación de Javiera Mena en el reciente Benidorm Fest, evento en el cual se eligió a la canción que representó a España en la gala final realizada en Turín. Sin embargo, creo que el fenómeno desatado por Chanel y su canción “Slo Mo” tiene muchas aristas e implicancias interesantes que vale la pena considerar y analizar.

El triunfo del profesionalismoLa performance de la cubano-española Chanel fue simplemente espectacular, de primerísimo nivel. Me recordó el mítico show de medio tiempo del Super Bowl de Shakira y Jennifer López. Chanel no tiene nada que envidiarle a ninguna de las grandes divas del pop, y le dio cancha, tiro y lado a muchas estrellas teen y del género urbano. Su espectáculo era muy exigente físicamente, sin posibilidad de usar playback ni autotune, y respondió a cabalidad casi sin desafinar y derrochando energía y sensualidad a borbotones. Gente como Becky G o Camila Cabello necesita playback para presentar shows en vivo mucho menos movidos que este. Logró un histórico tercer lugar, sacando a España de la mediocridad y la ignominia de los últimos 30 años, siendo solamente superada por el “efecto lástima” por la guerra en Ucrania que permitió que la discreta canción de ese país se llevara el primer lugar, y el segundo lugar recibido por la excelente canción del Reino Unido, cuyo intérprete era un reconocido tiktoker que no dudó en apelar a todo su poder mediático para mejorar sus posibilidades. Además, “Slo Mo” pulverizó el histórico registro de 125 puntos del jurado obtenido por Mocedades con "Eres Tú" en 1973. Logró 231 puntos (más de 100 puntos por sobre la marca del grupo de los hermanos Uranga) antes del televoto. Más allá de las estadísticas, hace años que no se veía a España representada en este evento de manera tan profesional y trabajada.

Nace una estrella: Chanel está lejos de ser una aparecida o un producto pre-fabricado sin talento. Su caso se asemeja en muchos aspectos al de Rosalía. Una joven nacida en La Habana; que se fue muy joven a España; que desde temprana edad recibió clases de canto, baile y actuación, con una amplia experiencia en teatro musical, cine y televisión, y que venía de quedar finalista en el casting para elegir a la protagonista de la reciente versión fílmica de “West Side Story” dirigida por Steven Spielberg. Su exitazo en Eurovisión es producto de años de constancia, trabajo y perseverancia, y la deja en una expectante posición para transformarse en un nombre importante en la industria musical en el corto plazo. Al menos ya el video de su histórica performance tiene a la fecha de la redacción de este artículo más de 14 millones de reproducciones en You Tube, y "Slo Mo" alcanzó el número 1 del ranking de singles en España, algo que hace tiempo no lograba una canción competidora de Eurovisión, y que resulta especialmente notable pues compite con verdaderos monstruos mediáticos como los discos "Motomami" de Rosalía y "Un Verano Sin Ti" de Bad Bunny.

El Benidorm Fest fue un acierto: La idea de emular lo que hace Italia con el Festival de San Remo, resucitar el Festival de Benidorm y usarlo para elegir al representante español en Eurovisión demostró ser un golazo de media cancha y pegándole de rabona. Obligó a los concursantes a presentar espectáculos más preparados, depurados y pensados para Eurovisión, y los enfrentó a la experiencia de los votos del jurado y del público. El resultado, que fue polémico en su momento, demostró ser acertado. Gran parte del trabajo de preparación de Chanel para Eurovisión ya estaba hecho, y solo hubo que hacer adaptaciones y afinar detalles, lo que redundó en una puesta de escena de mucha mejor calidad que los shows “por cumplir” de los años anteriores. Claramente hay que persistir por esta senda.

El soberano ridículo del progresismo español: la elección de Chanel trajo mucha polémica. Sectores importantes del progresismo y feminismo español rechazaron el resultado, por considerar que “Slo Mo” “hacía apología a estereotipos machistas", "incitaba a la prostitución" y "mostraba a las mujeres como objetos”, declaraciones cargadas de una moralina digna del Opus Dei o de la Santa Inquisición. Además, les molestó que las canciones “Ay Mama” de Rigoberta Bandini (un verdadero compendio de los clichés más clichés del progresismo) y “Terra” del grupo de origen gallego Tanxugueiras, que fueron las favoritas del voto del público del Benidorm Fest, no hayan quedado elegidas. El escándalo llegó hasta el mismo parlamento español, en donde algunos representantes pujaron para revertir la votación. Sin embargo, una vez consumado el “Chanelazo”, estos mismos sectores tuvieron que entubarse sus críticas por donde muy bien se imaginan y se subieron de manera muy descarada al “carro de la victoria”, llenando de elogios y felicitaciones a la misma cantante a la que habían basureado sin misericordia hace pocos meses atrás.

El injusto bullying contra Chanel: A poco de su triunfo en el Benidorm Fest, Chanel sufrió un cruento bullying mediático de parte de sectores particularmente tóxicos del progresismo y del feminismo de la Madre Patria, al punto que en algún momento tuvo que cerrar sus redes sociales. La cubano-española quedó en medio de una cruenta guerra cultural, valórica e ideológica entre sectores conservadores y progresistas. El hecho de que España presentara una canción que respondía claramente a los cánones del género urbano, con una letra y una puesta en escena cargada de erotismo y sensualidad, resultó insoportable para cierto sector feminista que considera que eso era “cosificar a la mujer” y que querían una canción más acorde a sus demandas de “inclusión” y “tolerancia”. Por suerte, Chanel demostró una resiliencia notable, hizo caso omiso de la toxicidad del ambiente, se concentró en preparar su presentación en Eurovisión y les tapó la boca a sus detractores de la manera en que lo hacen los grandes artistas: con un fabuloso espectáculo y un notable resultado. Aun así, no faltaron los que la siguieron criticando, como los contrarios a las corridas de toros por lucir una chaqueta de clara inspiración taurina durante el show.

Se le abrió el apetito a España: Después del “Chanelazo”, la presencia española en Eurovisión ha tomado otro cariz. De ser un reverendo “cacho”, un trámite que había que cumplir y a donde mandaban a artistas novatos e insuficientemente preparados, pasó de un día para otro a ser un hito importante que puede marcar un antes y un después en tu carrera. No es difícil presagiar que el Benidorm Fest del 2023 se llenará de postulantes interesados en emular a Chanel, presentando propuestas que busquen acercarse o superar la altísima vara dejada por “Slo Mo”. Todo esto seguramente redundará en propuestas más profesionales, de mejor nivel, y con más posibilidades de ganar. 

Más allá de votos cruzados, estrategias mediáticas, pactos entre países y otros temas similares, una presentación atractiva y de calidad siempre tendrá más posibilidades de recibir votación del jurado y del público. Si las canciones españolas en el pasado tenían pocos o ningún voto, no era porque los otros países le tuvieran “mala” a España. Lo que pasaba es que las propuestas que se presentaban no daban el ancho en términos de calidad artística y puesta en escena. Bastó que España presentara un espectáculo atractivo y profesional para que llegaran los votos.

Lo sucedido con Chanel fue muy fuerte. España tuvo su mayor celebración popular desde los triunfos de la selección de fútbol en el Mundial de Sudáfrica 2010 y en las Eurocopas del 2008 y 2012. Ni locos van a querer volver a la mediocridad de antes, y creo que la RTVE lo tiene más que claro. Si hacen las cosas bien y se persiste en lo que demostró funcionar, se vislumbra una Era de Oro para España en Eurovisión.

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