La controversia “brava” del documental de Claudia Conserva: morbo y difusión.

 

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El anunciado documental donde Claudia Conserva habla del proceso de tratamiento de su cáncer ha captado atención y sintonía, y ha provocado opiniones encontradas, de apoyo, de cuestionamiento a su manera de encarar la enfermedad, y de rechazo y acusaciones de morbo y lucro.

El jueves 11 de mayo pasado, en horario estelar, TVN emitió la primera entrega de “Brava”, la docuserie donde Claudia Conserva registra sus vivencias en torno al tratamiento de su cáncer de mama. Se vieron imágenes del inicio del proceso, cuando se entera de esta horrible noticia, y de la forma en que ella y su entorno han encarado este desafío.

Este muy bien logrado producto audiovisual logró gran sintonía y fue motivo de diversos y variados comentarios en los días posteriores. Desde gente que bancó a morir a Claudia y valoró su efecto en cuanto a información y toma de conciencia acerca de la detección precoz del cáncer; otros, como la psico-oncóloga Daniela Rojas, quien en una entrevista para ADN Radio Chile cuestionó el enfoque “bélico” de Claudia para enfrentar su enfermedad; y otro grupo que criticó el supuesto “morbo”, “sensacionalismo” y “afán de lucro” de Claudia y de su marido Juan Carlos “Pollo” Valdivia, y el hecho que sea una familia ”acomodada” que tiene la posibilidad de pagar el tratamiento.

Vamos a desmenuzar uno por uno estos temas.

Guapa en todas las acepciones posibles del concepto. El nombre de “Brava” está muy bien puesto. Claudia Conserva siempre fue guapa de bella y encantadora, y ahora también lo es de corajuda y de valiente. Su actitud ante lo que está viviendo es admirable y conmovedora. Valoro la calma y el estoicismo del “Pollo” Valdivia, que se ha mostrado como todo un caballero andante protegiendo a su doncella en peligro, un marido apañador a full.

Morbo y sensacionalismo: Vi el primer capítulo, y no me pareció para nada morboso ni sensacionalista. Creo que la palabra más adecuada es “asertivo”. Efectivamente hay crudeza. No esconde nada, te cuenta la verdad pura y dura acerca de lo que significa pasar por este proceso, pero no vi nada excesivo ni efectista. El uso de la desgracia ajena como recurso televisivo es tema recurrente de las previas a cada Teletón. En este caso, la desgracia ni siquiera es “ajena”. Claudia y su entorno han decidido voluntariamente documentar y mostrar su proceso, por lo que difícilmente se puede hablar de que están siendo “usados” por alguien más.

Los famosos y sus enfermedades: El de Claudia no es el primer caso de un famoso o personalidad pública víctima de una situación de salud catastrófica que decide aprovechar su fama e influencia para generar beneficios para la sociedad a partir de ella. Son conocidos los casos de Farrah Fawcett y su documental “A Wink and a Prayer” acerca de su tratamiento de cáncer colorrectal; Olivia Newton-John, que creó fundaciones relacionadas con la investigación del cáncer de mama; Michael J Fox, que ha tomado un rol activo en el impulso a las investigaciones sobre el Mal de Parkinson, y que recientemente estrenó su documental biográfico “Still”; y en Chile está el caso de Ricarte Soto, quien invirtió sus últimos meses de vida en la lucha para que el sistema de salud entregara coberturas especiales a enfermedades raras, lo que desembocó en la promulgación de la ley que lleva su nombre. Que una personalidad pública aproveche su poder mediático para sacar provecho de una circunstancia tan desgraciada como un cáncer, aparte del beneficio para la sociedad, le da un sentido trascendente a su propia lucha. Ya antes de la emisión de “Brava”, Claudia había logrado que mucha gente se hiciera los exámenes preventivos, logrando más de algún caso de detección oportuna.

El verdadero sentido de la televisión pública. No deja de ser llamativo que el documental se emita por TVN siendo que Claudia y el “Pollo” son los rostros insignia del canal TV+. Ambos son veteranos de la TV, y conocen como funciona este juego. Sabían que iban a tener mucho más alcance y llegada en el canal público que en la pequeña estación privada donde trabajan. Lo que hace Claudia es televisión pública en su sentido más puro. Es un programa útil, que lleva a reflexionar, y que además le entrega un servicio a la sociedad.

El afán de lucro: Como era de suponerse, aparecieron críticas en torno a que el "Pollo" y Claudia estarían lucrando y “facturando” a lo Shakira con el cáncer. A Javiera Suárez se la cuestionó en su momento por participar en campañas publicitarias de tiendas de retail. ¿Saben? No me parece para nada una mala idea. Los tratamientos de enfermedades catastróficas suelen ser carísimos, y aparte del dolor de la pérdida de un ser querido, destruyen finanzas y patrimonios familiares, incluso de gente con buen pasar previo, como les pasó a Italo Passalacqua (que se hundió económicamente producto de los costos de rehabilitación de su accidente automovilístico) y a Eduardo Bonvallet (que terminó sus días de allegado en un hotel perteneciente a Miguel Nasur producto, entre otras causas, de las deudas del tratamiento de su cáncer). Aparte del dolor de ver a Claudia enferma, el “estilo de vida acomodado” del clan Valdivia-Conserva (del cual muchos se quejan y reclaman de “¿por qué no muestran a enfermos de cáncer pobres?”, como si eso fuera a solucionar algo) está claramente en peligro. Ante ello, considero legítimo que, usando su expertise como rostros televisivos, encuentren la forma de usar su aflictiva situación para generar recursos de manera que, en caso de desenlace fatal, poder costear los tratamientos, dejar a la familia sin deudas e incluso blindada patrimonialmente. Si además de eso, generan un producto audiovisual de primer nivel que presta un servicio a la sociedad y ayuda a generar conciencia, estamos ante un WIN-WIN total, el arte de "hacer limonada con los limones que te caen del cielo" llevado al máximo nivel.

El tratamiento del cáncer como “guerra”: La psico-oncóloga Daniela Rojas criticó el enfoque de Claudia Conserva de asumir el cáncer como una “guerra” donde hay “ganadores” y “perdedores” por considerarlo inconveniente pues, en sus propias palabras, “seguimos posicionando el cáncer en un lugar donde la gente debe tener no miedo, sino pavor. Y eso puede ser muy difícil para las personas que están en tratamiento, que están iniciando un proceso luego de haber sido diagnosticadas recientemente”. El enfoque de Claudia fue el mismo de Bonvallet, quien se refirió a su cáncer como “El Tigre”. La doctora Rojas es especialista, ha dedicado su carrera al tema y no estoy en condiciones de rebatirla desde mi posición de columnista aficionado. Creo que tiene un punto y es una arista que amerita mayor profundización y discusión pública. Sin embargo, creo humildemente que el enfoque “bélico” puede servirles a ciertas personas, y ese parece ser el caso de Claudia. Es su opción y no somos nadie para criticarla por ello.

Con todo, “Brava” despunta como uno de los mejores y más relevantes programas de la TV abierta chilena del 2023. Fenómenos como este, que trascienden lo meramente televisivo y generan conciencia y debate, le vienen muy bien a la industria. De seguro será el producto televisivo más trascendente que nos legará la dupla Valdivia-Conserva, la pareja de contemporáneos de Felipe Camiroaga y Marcelo Comparini que debutó en el antiguo Canal 11 a finales de los 80 y principios de los 90, que ha pasado por casi todos los canales y que en 30 años de trayectoria han dejado una huella importante.

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