Patricio Bañados: El simbólico réquiem de un auténtico SEÑOR de las comunicaciones.

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 Mientras el país elegía consejeros constitucionales, dejó este plano existencial una de las personalidades más importantes de la historia de las comunicaciones en Chile. Patricio Bañados fue la encarnación de la caballerosidad y un ejemplo de coherencia ética.

Patricio Bañados fue uno de los pioneros de la televisión chilena. Fue relator del primer gran evento televisivo nacional, la transmisión de los partidos del mundial de 1962. Luego de años de trayectoria en importantes medios extranjeros (Radio Nederland, la BBC de Londres, Radio Suiza Internacional y la Televisión Española), retornó a Chile en los albores de la Dictadura. Si bien trabajó en TVN y Teleonce en esos años, y tuvo algunas participaciones memorables como el relato del recordado "gol imposible" de Jorge Aravena a Uruguay en las eliminatorias del mundial México 1986, su estricta ética personal y profesional le hizo rebelarse a ser parte de la manipulación informativa del gobierno de Pinochet, lo que le costó el ostracismo de los canales grandes, quedando relegado a trabajar en programas de UCV Televisión como la serie “Por los Caminos del Inca” y las retransmisiones del Calcio Italiano.

Jugó un rol decisivo como el “hombre ancla” de la Franja Televisiva del No para el plebiscito de 1988, un hito que lo convirtió en un héroe de la lucha por la democracia, pero que irónicamente sepultó su carrera televisiva posterior. Si bien volvió a TVN con el retorno a la democracia, y fue conductor de recordados programas culturales como “El Mirador” y “OVNI”, fue despedido del canal estatal en 2005. Después de eso, no volvió más a la TV y se transformó en la voz principal y emblemática de la radio Beethoven hasta su cierre, y luego en el posterior retorno de la emisora de música docta al amparo de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Patricio Bañados está en la lista de los personajes más relevantes de la historia de las comunicaciones chilenas junto con Raúl Matas y Don Francisco. Fue un verdadero “lord” británico en pantalla. Encarnó como nadie la caballerosidad, la buena educación, la alta cultura, los buenos modales, la dicción perfecta. Era todo un “gentleman” hasta en los momentos más livianos. Representó lo que se pretendía en los primeros años de la TV chilena: educar, informar y entretener sanamente. Para bien o para mal, la escuela que representaron Bañados y Matas fue desplazada por la que instauró Don Francisco, quizás más apropiada para una televisión más comercial.

Más allá de sus virtudes como comunicador, se le recuerda por su consecuencia y por su valentía en los años de dictadura al plantarle cara a la manipulación informativa y poner la suya propia al servicio de la democracia en un momento decisivo como fue el Plebiscito de 1988. Cuando se negó a leer una nota evidentemente sesgada sobre la reunión de la oposición a Pinochet en el Teatro Caupolicán en la previa al plebiscito de 1980 y la modificó para hacerla más presentable, optó por ser fiel a sus principios, aunque ello le costara su carrera, algo muy difícil de ver en estos tiempos. No fue pragmático, no decidió “salir jugando” ni “aguantar el chaparrón” con tal de “cuidar la pega”, como hicieron otros de manera muy comprensible. Decidió ser fiel a sí mismo y asumió con hombría las consecuencias de ello.

Tal vez esta postura de vida impidió que Bañados tuviera la carrera televisiva que se merecía por sus capacidades comunicacionales. Quizás Patricio Bañados en la TV chilena actual sería como Lionel Messi jugando en la liga de fútbol de Nicaragua. Mucho comunicador para un medio de tan bajo nivel.

Resulta demasiado simbólico que Patricio Bañados haya dejado este mundo el mismo día en que, votación popular mediante, la derecha, y en especial el Partido Republicano, ganó la mayoría del consejo constitucional, con lo que tendrá la “sartén por el mango” en la redacción de la nueva constitución. Su opinión de la actual carta fundamental no podía ser más lapidaria“(…) Es una vergüenza, después de 40 años, tener todavía la constitución fulera de Pinochet. Una constitución llena de trampas, hecha por un asesino y torturador que además se robó millones de dólares. ¡Por Dios, qué vergüenza!”. Quizás esa vergüenza era tan grande que decidió partir antes de presenciar cómo esa constitución “fulera” sería reemplazada por otra posiblemente peor.

Señores de las comunicaciones como Patricio Bañados ya no existen, y quizás ya no vuelvan a aparecer más. Un hermoso Réquiem lo despide de este mundo, y un coro de ángeles lo recibirá en el cielo. Bañados merece irse rodeado de la misma música bella que presentó tantas veces en la Radio Beethoven.

 Se nos fue uno de los grandes, uno de los mejores. Que descanse en paz.

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