Cecilia y Sinead O’Connor: el adiós de dos divas bravas

 Artículo publicado en Fotech.cl. Click aquí.

Esta semana nos dejaron dos mujeres valientes y corajudas, que fueron fieles a sí mismas y asumieron las consecuencias de aquello, y dejaron una valiosa herencia de honestidad y coherencia.

Cecilia tuvo la despedida que soñó, y quizás incluso superó sus expectativas. Un Teatro Caupolicán a tablero vuelto como en sus mejores tiempos, y el reconocimiento unánime del medio artístico nacional, desde sus contemporáneos de la época de la Nueva Ola hasta las nuevas generaciones que la sacaron del ostracismo underground y la resucitaron como referente. La diva de Tomé fue un ícono feminista. punk y queer mucho antes que existieran esos conceptos. Desafió convencionalismos en su época con su pelo corto, sus trajes de corte varonil a lo Elvis Presley, sus movimientos bruscos y su clásico “beso de taquito” que sacó ronchas a las mentes conservadoras en los años 60. En vez de ponerse un nombre en inglés, optó por presentarse como Cecilia. En vez de cantar versiones en inglés o castellanizadas de los ídolos del rock and roll, nos regaló covers notables de canciones pop italianas como “Baño del Mar a Medianoche” (original de Domenico Modugno, el de “Volare”), “Aleluya”, “Puré de Papas”, y de piezas de bajo perfil del cancionero latino como “Compromiso”, de Antonio Machín. Como señaló Julio Osses en días recientes, fue para el pop lo que Violeta Parra fue a la música de raíz folclórica.

El mejor tapabocas que me dieron en Twitter estuvo a cargo de la gran Cecilia. Fue cuando la postularon al Premio Nacional de Artes Musicales. La consideraba como una gran cantante de covers, y pensaba que eso era muy poco para el premio al que la postulaban, pues estimaba que estaba en desventaja con respecto a artistas con repertorio de creación propia, como Los Jaivas. Lo manifesté en la ex red del pajarito azul (¡maldito Elon Musk!), y tuve el honor de recibir una amable réplica de la mismísima Incomparable, quien me invitó a escuchar algunos temas propios, y algunas otras versiones. Me impresionó lo que escuché, pero quedé maravillado con dos piezas grabadas por ella a inicios de los 70: su cover de “Gracias a la Vida”, de su amiga Violeta Parra, y en especial con su vanguardista y psicodélica versión de “Plegaria a un Labrador”, uno de los clásicos de Víctor Jara. Ambos temas contaron con los arreglos del mismísimo tío Valentín Trujillo. Le respondí reconociendo que me había tapado la boca, y ella me respondió muy amablemente.

Cecilia fue una maestra en el arte de hacer covers. Es de esos artistas, como Joe Cocker, Johnny Cash, Café Tacuba y Mon Laferte, que son capaces de tomar canciones (incluso clásicos) de otros artistas, reinventarlas, agregarles su propio sello y generar versiones memorables, incluso mejores que la original..

Cecilia fue ícono de la Nueva Ola, y fue considerada una de las mejores cantantes del planeta en su momento. Lo señalado por Patricia Maldonado lo dice todo“Una cantante con un estilo muy particular, con un éxito de ventas de discos inusitado en Chile. La única persona que ha logrado competir con ella en la venta de discos ha sido José Alfredo Fuentes y ahí hay una diferencia muy grande entre todo el resto de nosotros. No le llegamos ni a la suela de los zapatos”. Durante la Dictadura se refugió en el underground y resurgió como ícono de la escena kitsch en los años 80. A finales de esa década fue arrestada por una supuesta estafa, fue golpeada y le quebraron los dientes, sospechosa de ser “comunista” por sus covers de canciones de artistas de izquierda a inicios de los 70. Si bien tuvo acceso frecuente a los estelares de TV durante la época de oro de los 70 y 80, no tuvo el lugar que se merecía en los medios. Tal como pasó con otros grandes, de haber nacido en Estados Unidos o Europa, sería una estrella de estatura planetaria.

Su gran resurrección mediática se inició gracias a Javiera Parra, nieta de su amiga Violeta, quien con su banda Los Imposibles grabó un notable cover de “Compromiso” para su exitoso álbum “AM” de 2001. A partir de ese hito, se transformó en todo un referente para las nuevas generaciones de artistas, en especial mujeres. Sin duda la rebeldía de Cecilia dejó huella en el actual “Dream Team” femenino de la música chilena. Hay mucho de “La Incomparable” en Cami, Francisca Valenzuela, Denise Rosenthal, Princesa Alba, Ana Tijoux, Javiera Mena, la propia Javiera Parra, Denise Malebrán, y en especial en Mon Laferte. La influencia de Cecilia en Mon es evidente. La propia cantante viñamarina ha reconocido su admiración por ella. Resulta significativo que su canto de cisne, la última canción de Cecilia, sea un dueto con Mon Laferte interpretando “Jauría de Mujeres”, una obra inédita compuesta durante su paso por la cárcel, y canción principal de ”Bravura Plateada”, serie acerca de ese episodio anunciada por TVN para finales de este año, y donde su rol será encarnado por Amaya Forch.

Mientras despedíamos a Cecilia, se dio a conocer la muerte de otra mujer brava de aquellas: la irlandesa Sinead O’Connor, cuya vida plagada de episodios duros (abusos, exclusión, repudio mediático y el reciente suicidio de uno de sus hijos) y problemas de salud mental le terminó pasando la cuenta. A inicios de los 90 tenía una notable carrera, llegando a su punto más alto con su recordado cover de la canción de Prince “Nothing Compares 2 U”. Fue recordada su participación en el recital de Amnesty Internacional en el Estadio Nacional a finales de 1990.

Su carrera y su vida quedaron fuertemente marcadas por esa jugada performance de romper la foto de Juan Pablo II y terminar con un resonante “Fight The Real Enemy” (“combate al verdadero enemigo”), luego de versionar “War” de Bob Marley durante su presentación en “Saturday Night Live” en 1992, con la cual denunció el encubrimiento sistemático de parte de Vaticano a los abusos sexuales del clero contra menores de edad en su Irlanda natal. Ahora resulta muy fácil pegarle a una Iglesia Católica desprestigiada, hundida en la vergüenza, en decadencia y sin credibilidad. Sinead alzó la voz en un momento en que esa institución tenía un prestigio sólido, era muy influyente y nadie se atrevía a interpelarla ni cuestionarla pues equivalía a dispararse a los pies. Tamaña osadía le costó carísimo: su hasta entonces prometedora carrera musical se fue al tacho, días después fue violentamente pifiada en el show tributo a Bob Dylan en el Madison Square Garden, y su salud mental se deterioró aún más. Décadas después, los hechos confirmaron de manera brutal la veracidad de la denuncia de O’Connor. Creo que la industria del espectáculo le quedó debiendo un gran acto de desagravio a Sinead por la forma en que fue tratada en ese momento. Gracias a gente como ella que hizo la pega difícil y dura en el momento en que nadie más se atrevía, ahora se está sabiendo la verdad en torno a los abusos del clero.

Cecilia y Sinead O'Connor se atrevieron a ser auténticas, y asumieron las consecuencias de ello. Ser uno mismo, ser auténtico, es un desafío sólo para valientes. El mundo premia sistemáticamente a los que se someten a los encasillamientos y categorías que impone, y tiende a ser poco tolerante con los que "no encajan" en los moldes. Los que se atreven a ser auténticos molestan e incomodan a la gente de moldes rígidos, narcisista y/o adicta al poder, pues son difíciles de controlar y manipular, y temen (a veces con razón) sentirse interpelados por ellos, o ver afectados sus intereses y posiciones de poder. La gente auténtica suele generar sentimientos encontrados de admiración y rechazo durante su vida, y si logran resistir lo suficiente, alcanzan a ver el momento en que su postura termina siendo reivindicada, las nuevas generaciones la transforman en referentes, y hasta los que los cuestionaron en el pasado terminan subiéndose al "carro de la victoria".  Es un camino duro y que requiere resiliencia a montones, pero que vale la pena. El 99,99% de los que hacen historia de verdad son gente que decidió ser ella misma y que es fiel a ello hasta las últimas consecuencias.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Actualización Previa Viña 2024: Peso Pluma no llega ni al primer round

El doble hito de “Now and Then”: el final de The Beatles y el inicio de la era de las Inteligencias Artificiales.

Análisis informal del fenómeno Taylor Swift: Parte 1: Una artista injustamente subvalorada.