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La
TV chilena ha tenido muchos personajes que en sus inicios se mostraron disruptivos
y provocadores y que, con el paso de los años, se fueron calmando. Algunos se
han vuelto conservadores, y se han convertido en todo aquello que rechazaron en
su juventud.
“¡Estoy
rodeado de viejos vinagres, todo alrededor!” (“Los Viejos Vinagres”,
Sumo). La televisión, y los medios en general, han tenido en su
historia muchos personajes que en el pasado provocaron, rompieron esquemas,
dieron que hablar, expandieron los límites, etc. Fueron la novedad, y
terminaron siendo el estándar. Partieron criticando a los “viejos vinagres”, y
se terminaron transformando en uno de ellos.
Irreverentes
clásicos. El rostro más importante de la historia de la TV chilena fue
el primer gran provocador. En los años 60, Mario Kreutzberger era un joven
pasado de kilos, con escaso bagaje cultural, algo brusco en el trato, que
despuntaba en una industria televisiva marcada por su origen universitario y el
mantra de “informar, educar y entretener sanamente”. Era lo contrario al
paradigma de rostro de comunicaciones que representaba gente como Raúl Matas o
Patricio Bañados. Otro caso es el de Leo Caprile, que despuntó como promesa
televisiva a finales de los 80 con “Telemanía” en UCV Televisión, y terminó
siendo “el último de los animadores clásicos”. Un caso destacable es el de Kike
Morandé, que en sus inicios en La Red la rompió con su personaje de “cuico
pelusón” y terminó transformándose en un “patrón de fundo” televisivo.
El
“Desjueves”. El trío formado por Cristián García-Huidobro, Roberto
Poblete y Luis Gnecco despercudió el ambiente en los años 90 con su recordado
programa humorístico, el cual tuvo una continuidad a través de “Na’ que ver con
Chile” y “Chita que lindo” de Canal 13. García Huidobro tuvo una fallida
incursión política como candidato a senador del partido de ME-O; Poblete fue
diputado socialista en un período y perdió la reelección; y Gnecco, que a
finales de los 80 fue rostro estrella de la Concertación, apoyó a Piñera en una
elección; y tuvo una muy buena carrera en cine, TV y publicidad hasta que lo
perdió todo por un incidente de VIF.
Rock
& Pop TV. Canal que duró poco, pero aportó muchos rostros y grandes
ideas. De ahí salieron rostros de prensa (Iván Valenzuela, Consuelo Saavedra,
Soledad Onetto, Margarita Hantke, Juan Cristóbal Guarello), conductores del
Festival de Viña (Onetto, Sergio Lagos, Martín Cárcamo) y rostros estelares
(Monserrat Alvarez, Lagos, Cárcamo). Caso aparte lo sucedido con los
integrantes del mítico “Plan Z”: Rafael Gumucio transformado en escritor y
columnista, y que en varias ocasiones ha sido funado por dar opiniones
demasiado “amarillas”; Pedro Peirano y Álvaro Diaz, cerebros de una delirante
propuesta de programa con títeres baratos por la que nadie daba un peso,
llamada “31 Minutos”, que se transformó en uno de los mayores fenómenos de la
historia de la TV chilena y latinoamericana, en “Los Muppets de habla hispana”.
Programas
de la primera década de los 2000. Los actuales tres rostros ancla de
prensa en el canal público son los dos conductores de “El Termómetro” (Iván
Núñez y Matías del Río) y la conductora de “Pantalla Abierta” (Constanza Santa
María), programas que trajeron aire fresco y renovaron la cobertura de
actualidad en su momento. Si bien resulta evidente que no tienen la soltura y
libertad de esa época, y que han sido severamente criticados por sus posturas
políticas (en especial Matías del Río), lo que proponen ahora resulta bastante
diferente. No son locutores de voz engolada y dicción perfecta, pero con cero
manejo de los temas y limitados a leer un prompter, sino que son periodistas que
están al corriente de la actualidad y que son capaces de intervenir e
interpelar. Respecto de los demás rostros de “Pantalla Abierta”, Cristián
Sánchez tuvo una buena carrera en diversos canales y llegó a ser animador de
Olmué; Julia Vial fue la “mujer alfa” de La Red hasta su renuncia; Pablo Zúñiga
se dedicó a la comedia stand up y fracasó estrepitosamente en el último
Festival de Las Condes; Eugenio Figueroa fue parte del área deportiva de Canal
13 por años, condujo el Show de Goles y ahora es editor periodístico de “Sin
Filtro”; Rayén Araya ha pasado por Mega, la Red y Canal 13, estuvo en Radio
Bio-Bio de donde salió en muy malos términos, y tuvo un destacado paso por
Súbela Radio.
CQC. Nicolás
Larraín tuvo un simulacro de candidatura presidencial y ahora sigue
emprendiendo en diversos medios pequeños. Felipe Bianchi siguió en el periodismo
deportivo y ahora es ejecutivo del comité organizador de los Juegos Panamericanos.
Pablo Mackenna hizo más noticia por sus escándalos que por otra cosa. Gonzalo
Feito se tuvo que comer un tapadón de boca de Javier Bardem ante una pregunta
desatinada suya, y ahora está en su mejor momento como conductor de “Sin Filtro”.
El polémico y ultra cuestionado Sebastián “Cuchillo” Eyzaguirre intentó
resucitar CQC y acertó con “Vidas”, pero actualmente hace noticia por su falta
de control de impulsos y por la denuncia de VIF de una ex pareja.
Las musas
de Morandé. Durante su visita a “El Purgatorio” llamó la atención el
discurso conservador (casi a límite del Opus Dei) de Marlen Olivari. Llaman la
atención lo de Marlen, Andrea Molina y Daniella Chávez. Mujeres que construyeron
(y construyen, en el caso de Chávez) su fama y su carrera apelando a recursos
liberales (por no decir “libertinos”), explotando su sensualidad (por no decir “calentando
la sopa”), y que apoyan posturas ideológicas conservadoras, siendo que ellas
representan todo lo que un conservador mínimamente consecuente rechazaría
abiertamente. La Sita Jeanette y Mey Santa María desaparecieron de escena, y Lola
Melnick reapareció el año pasado con acertados comentarios sobre la Guerra de
Ucrania desde Brasil, país donde actualmente trabaja. Un caso similar en
Argentina es el de Amalia Granata, una modelo farandulera que se hizo famosa
por declarar a los cuatro vientos que tuvo relaciones sexuales a cambio de
dinero con Robin Williams y posando para la revista Playboy, pero que
posteriormente inició una carrera política asumiendo posturas conservadoras y “pro-vida”.
El Team
Mekano envejeció muy mal. Salvo Monty Torrent y Carla Jara, los
integrantes del recordado programa de Mega quedaron como “viejos cracks” de la
TV, al nivel de los integrantes de “Música Libre”. Viñuela está en TV+ tratando
de rehacerse del corte de pelo; Cathy Barriga pitutea en “Me Late” de Zona
Latina mientras se investigan los manejos cuestionables de su gestión como
alcaldesa de Maipú. Javier Olivares hizo una más que interesante carrera en la
TV latina de Estados Unidos y recientemente volvió a Chile.
Mención Especial.
Patricio Fernández, director histórico del The Clinic, semanario que fue ícono
de la irreverencia en sus comienzos, y transformado en un medio más bien genérico
en la actualidad. Uno de los íconos máximos del Meme de “Ñuñoa” o del “progresismo
del Liguria”. Fue convencional del primer proceso constitucional, fue acusado
de “amarillo” y abrazó inicialmente esa condición (aunque lejano al actual
partido Amarillo de Cristian Warnken y compañía), y hace poco tuvo que renunciar
a su rol de organizador de las ceremonias de conmemoración de los 50 años del
Golpe Militar por declaraciones en donde aparecía matizando el análisis de su
sucedido en 1973, lo que no fue aceptado por los familiares de las víctimas de
la Dictadura.
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