Mon Laferte se puso AUTOPOIÉTICA. Me Contradigo, Yo Me Transformo

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 El último trabajo de Mon Laferte no ha dejado indiferente a nadie. Sale de su zona de confort, se reinventa, se deconstruye a sí misma, propone música alucinante y generar debates interesantes como el del polémico video de “Pornocracia”, que nos enfrenta al tema de la sexualidad.

Nombre muy bien puesto. El concepto de “autopoiesis” fue formulado por los intelectuales chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela, y es un neologismo que designa la cualidad de un sistema molecular capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo. De ahí viene “AUTOPOIÉTICA”, y describe muy bien lo que describe el disco: una artista que no solamente se mantiene por sí misma, sino que además se reinventa y busca no quedar atrapada en su pasado exitoso. La parte de “No + SAD” donde “reniega” de su mejor canción (“Que tu falta de querer, ya pasó esa wuea”) es una muestra de ello.

¿MON-TOMAMI? Me queda la sensación que Mon alucinó en colores y se inspiró fuertemente en el último disco de Rosalía. Las similitudes entre “AUTOPOIÉTICA” y “MOTOMAMI” son notables. Ambos discos provocaron una primera sensación de “WTF!”. Fueron inicialmente incomprendidos, pues se salían de lo realizado por las artistas en sus trabajos previos. Muchos nos quedamos sorprendidos, preguntando qué era lo que pretendía la artista, pero después de entenderla surgió el aprecio y la admiración.

Rosalía caló hondo. No solamente Mon Laferte refleja en sus nuevas canciones la influencia de la Diosa Catalana. En una reciente entrevista para el “The Clinic”, Pedro Piedra reconoció explícitamente la influencia de “MOTOMAMI” en su nuevo álbum. El reciente trabajo de Cami, “ANNA Vol1. LOS AMANTES”, muestra evidentes influencias. Por de pronto, eso de colocarle un subtítulo a las canciones con nombres de capítulos salió de “El Mal Querer”.

La reina de la música vintage experimentando con tecnología. Durante toda su carrera Mon Laferte ha sido sinónimo de música vintage 100% orgánica, ejecutada en vivo con instrumentos de verdad, y con una voz privilegiada que no necesita adornos artificiales. Por ello, resultó sorpresivo escucharla experimentando con samples, autotune y diversos efectos de sonido al mejor estilo de Rosalía, Billie Eilish y The Beatles. Tal como en los casos citados, no usa los recursos técnicos para cubrir falencias vocales, sino que como un recurso sonoro más.

Audacia artística total. Cada una de las canciones del disco propone cosas interesantes.

  • «Tenochtitlán» Una canción al mejor estilo de Portishead, donde construye une letra coherente a partir de una colección de troleos mala onda. El video clip es provocador. La escena de ella desnuda puesta al revés en la cruz mientras recita el "Dios te salve María" es sumamente jugada. Lo hace en los años 70 y 80 y tendría a los conservadores y a la iglesia pidiendo su cabeza.
  • «Te juro que volveré» Un “cumbia rebajada”, con la voz de Mon hiper distorsionada hacia los graves, que causó confusión en un inicio.
  • «Préndele Fuego» Un exquisito bossanova con percusión de reggaetón.
  •  «NO+SAD» El equivalente latinoamericano de “SAOKO” del disco “MOTOMAMI” de Rosalía. Mucho uso de sampleos y efectos de sonido
  • «Metamorfosis» Muy al estilo de la “movida tropical”, “sound” o “bailanta” del cono sur de finales de 90, con ese órgano chillón típico de “American Sound” o el grupo “Alegría”.
  • «Autopoiética» me suena muy a "Motomami", del álbum homónimo de Rosalía.
  • «Block 16» parece una variación del segmento final de orquesta de "A Day In The Life" de The Beatles. Faltó el golpe de piano final.
  • «Levítico 20:9»  Versículo de la Biblia que dice “Todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá; a su padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él.”, que por cierto está incluido en la letra. Se puede decir que es una canción cristiana al estilo Mon Laferte.
  • «40 y MM» me recuerda mucho a “Chica Eléctrica” de la Pozze Latina.
  • «Pornocracia» La polémica en torno a este mambo de letra provocadora dará para reflexiones más adelante. Es el símil de “Hentai” de Rosalía. Ambas canciones comparten la idea de abordar el tema de la sexualidad de manera relajada, irónica y juguetona.
  • «Amantes Suicidas» es una salsa muy al estilo de Rubén Blades, Willy Colón y Héctor Lavoe. Mon ya había manifestado su predilección por estos ritmos en discos anteriores.
  • «Artículo 123» Un cortísimo tango electrónico, muy en la línea del glorioso cover de “Tango de las Rosas” que hizo en homenaje a Cecilia La Incomparable y que estrenó en la reciente ceremonia de los premios MUSA.
  • «Mew Shiny» suena a algo que haría Billie Eilish junto a su hermano Finneas O’Connel en el dormitorio de su casa.
  • «Casta Diva» Experimentación al máximo nivel para el cierre del disco. Un cover de un aria de la ópera “Norma” de Vincenzo Bellini donde mezcla elementos de música docta con autotune, distorsión y hasta dembow entre medio.

Y más encima juega con las IAs. Mon Laferte entró en el tema en boga. Resultó llamativo que una artista plástica autora de murales, pinturas y peluches que expone en museos decidiera generar el afiche de su próxima gira usando Inteligencia Artificial, lo cual le hizo ganarse una fuerte funa de parte de muchos que estiman que debió pagarle a un artista o a un diseñador profesional para que hiciera esa labor. Su defensa al respecto resultó contundente: “La IA no viene a suplir a los artistas, más bien se debería utilizar como una herramienta”. Otra muestra más de la flexibilidad y ausencia de prejuicios de la chilena nacionalizada mexicana.

Una apología al sexo oral. La polémica en torno al video de “Pornocracia” volvió a poner a “AUTOPOIÉTICA” en la palestra. De partida, hay que señalar que el video es erótico, no pornográfico. Claramente insinúa, pero no muestra rastros de genitalidad. Y me parece super elegante y cuidado. Tal como sucedió con “Hentai”, se produjo un escándalo por la sobredosis de sexualidad, y algunas madres, al mejor estilo del mítico meme de Los Simpson de “¿alguien quiere pensar en los niños, por favor?”, alegando que no le van a poder mostrar el video a sus hijos. Mon también fue tajante al respecto.

  • “He estado meditando esta mañana… Se dice que (el videoclip) es como violento, obsceno. Y quiero decir que en mi cabeza no es así, no lo veo de esa manera”.
  • “Lo veo de una manera divertida, humorística. Hay mucha gente que lo vio de otra manera y está bien que existan ambos puntos de vista… El arte tiene esa función, que es reflejar lo que somos como sociedad”
  • “Sólo quería decirles que para mí es un video muy divertido, con mucho humor, yo lo veo hasta tierno, y si alguien no lo ve así, lo respeto mucho”
  • “Es importante respetar los distintos pensamientos… Yo respeto mucho la forma en que cada persona críe a sus hijos. Mi música nunca ha sido para niños, siempre ha sido para adultos, y cuando ellos escuchan mi música es bajo su responsabilidad, la de sus papás. Yo a mi hijo le pongo mucha música infantil, su favorito es 31 minutos”

La hipocresía en torno a la sexualidad. Resulta llamativo que se critique a Mon por un video donde habla de sexualidad de forma alegórica y artística, mientras históricamente se hace la vista gorda del humor revisteril que dominó el ambiente durante años, y de las sobredosis de insinuaciones directas al borde de lo pornográfico en diversas canciones del género urbano. Tal parece que cuando se muestra el cuerpo femenino como un producto de consumo para satisfacer al público masculino, no hay drama; pero cuando una mujer muestra su sexualidad en plenitud, queda la escandalera.

"Porque cuando quiso hablarte de sexo, se te subieron los colores al rostro, y te fuiste". Esta parte de la canción “No Basta” de Franco de Vita ilustra la histórica estrategia de los sectores conservadores respecto de la sexualidad. Al chileno medio, en particular a muchos padres, les quema el tema, les "tirita la pera" cuando los hijos le preguntan acerca de aquello. Por ello buscan mantener el sexo como tabú, negar el tema, evadirlo, que los chicos no se enteren de nada hasta lo más tarde posible, quedando librados a su suerte, con riesgo de transformarse en víctimas de su inexperiencia y desconocimiento en un medio donde se les sobre-estimula con el sexo, pero se les señala y condena cuando buscan satisfacer su curiosidad.  Esta estrategia evasiva, originada en la Iglesia Católica, ha demostrado ser un rotundo fracaso, y la mayor muestra de ello está justamente en la propia Iglesia Católica, hundida en acusaciones de abuso a menores de edad por no saber formar sexualmente a su gente, y que ha estado años dictando cátedra acerca de sexualidad siendo que en los hechos ha demostrado no saber lidiar con ella dentro de sus propios templos.

Pretender que solamente las familias le enseñen sobre sexualidad a sus hijos es una reverenda ingenuidad. Ya era casi imposible en tiempos antiguos, donde a lo más tenías "La Bomba 4", la "Quirquincho", la "100%" y las fotos tamaño calendario de mujeres desnudas que ofrecían las rotativas de imprenta. Menos va a ser posible ahora con acceso a internet, redes sociales e inteligencias artificiales, que para más remate los chicos manejan mucho mejor que nosotros. Pretender que los chicos se van a quedar con lo que le digan sus padres (si es que les dicen algo) resulta derechamente utópico, salvo que seas menonita o fundamentalista islámico. Tarde o temprano van a investigar, sistemáticamente o no, en otras fuentes no necesariamente confiables, y eso es muy difícil de controlar.

Necesidad de Educación Sexual “de verdad” Si van a recibir información sobre sexo, que sea en los colegios, de fuentes acreditadas y con respaldo científico, y acorde a la edad. Necesitamos formar gente sexualmente culta, y eso no tiene nada que ver con saber hacer todas las posturas del Kamasutra, sino que con gestionar adecuadamente sus impulsos sexuales y saber a qué atenerse cuando, por ejemplo, tratan de abusarlo. ¿Quién se puede oponer a ello? Una de dos: o gente brutalmente fanática y mentalmente ciega, o gente que no quiere que los jóvenes adquieran madurez en este tema sexual, quizás por consideraciones de poder. Dentro de los sectores conservadores hay mucho “terraplanismo sexual”, mucha ignorancia, quizás hasta muchas trancas inconfesables. Me atrevería a decir que a ellos mismos les llora a mares ser formados al respecto.

Hay que asumir que hay padres que simplemente NO DAN EL ANCHO para hablarles de sexualidad a sus hijos, al punto que ellos mismos necesitan educación sexual. ¿qué hacemos con los que niños que tienen padres llenos de tabués, trancas sobre el sexo, o que son derechamente ignorantes, incluso más que ellos mismos, o que, peor aún, abusan de sus hijos? ¿Esos niños tienen que quedar "a la deriva" para proteger "el derecho preferente" de sus padres? Cabe recordar que la mayor parte de los abusos a menores provienen del entorno familiar más cercano.

Volviendo a Mon, necesita trascender de su naturaleza autodidacta.  Aunque tuvo paso por academias de canto en sus inicios, siempre ha sido una artista autodidacta, formada en el crisol de tocatas en bares, restaurantes, estaciones de metro e incluso en la calle. No hay nada malo en eso. Sin ir más lejos, los mismísimos Beatles se hicieron músicos de una forma similar, a punta de actuaciones en el Cavern Club de Liverpool y en diversos tugurios de mala muerte en Hamburgo. El problema de esto es que cuando quieres evolucionar, necesitas apoyarte en gente con estudios formales. Así como The Beatles necesitaron a George Martin, Geoff Emerick y a otros para llevar a cabo sus avanzadas ideas musicales y técnicas; y Paul McCartney (que no sabe leer partituras musicales) tuvo que apoyarse en gente como el director de orquesta Carl Davis para incursionar en la música docta, Mon tiene a su propio George Martin en el músico mexicano Manú Jalil, quien es el que lleva sus alocadas ideas musicales a partituras. Así como Juan Luis Guerra que llegó a la música después de estudiar Filosofía y Literatura en su país, y producción y composición de Jazz en el Berklee Institute, y Rosalía que es Licenciada en Artes Musicales con especialidad en Flamenco, creo que a Mon le vendría bien completar su formación sin perder todo lo valioso de su formación autodidacta.

Sus actuales inquietudes artísticas le reclaman completar su educación La artista apenas llegó a octavo básico, y tuvo que dejar el colegio para ponerse a trabajar. Tal como manifestó en una entrevista con la actriz Lorena Capetillo, una de sus próximas metas es completar su educación secundaria y estudiar historia del arte. Si ya la Mon autodidacta es genial, ¿quién sabe qué podemos esperar de una Mon Laferte potenciada con formación académica? Ojalá tengamos la dicha de observar eso.

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