A propósito de Miguelito y “El Purgatorio”: el bullying televisivo ya no sale gratis

Artículo publicado en Fotech.cl. Click aquí.

 Las polémicas por las burlas al comediante peruano en “Tierra Brava” y los reclamos contra la dupla Aguayo-Slimming son muestras que el recurso de burlarse de otros ya no se puede usar con tanta impunidad como antes.

 Hans Malpartida dejo bien partido a Junior. El comediante peruano de baja estatura conocido como “Miguelito” manifestó de forma adulta y asertiva su molestia frente al bullying colegial que estaba recibiendo por parte del inefable Junior Playboy y de otros concursantes en “Tierra Brava”. El ex integrante de “Morandé con Compañía” hizo en ese “cara a cara” lo que muchos de los que sufrimos bullying quizás debimos hacer: manifestar su molestia de manera directa y respetuosa. Junior y sus secuaces quedaron como unos auténticos imbéciles y Miguelito se ganó el respeto de mucha gente.

Miguelito no tiene complejos con su estatura. De hecho, la ha transformado en su principal activo, y ha construido su carrera de comediante en torno a ella. Basta recordar los sketchs de “El Muro” y de los programas sucesores a MCC, en especial su más que creíble papel de niño. Cabe preguntarse cómo debió ser el nivel del bullying que recibió para que se terminara apestando de esa manera.

El Viñuelazo marcó un precedente importante. El episodio del “corte de pelo más costoso de la historia” fue un antes y un después. El episodio golpeó a José Miguel Viñuela en muchos sentidos: fue llevado a tribunales, y como sentencia tiene que pagarle una importante indemnización al camarógrafo, terminó perdiendo su lugar en MEGA y su condición de rostro televisivo "top"; estuvo un buen rato sin pantalla, y hace poco recaló en ese “cementerio de elefantes” llamado TV+.

En el pasado, el bullying era pan de cada día. Un experimento interesante sería juntar a un grupo de millenials y centennials y mostrarles videos de shows humorísticos televisivos y radiales antiguas, desde (al menos) los años 70 hasta la primera década del 2000. Apuesto a que los chicos se indignarían con lo que nos sacaba risas en esos tiempos. Soy de la idea que rutinas históricas como las de los Café Concerts de Coco Legrand, de programas radiales como “Radiotanda”, “La Bandita de Firulete” y “Hogar Dulce Hogar”, e incluso shows de comediantes considerados “blancos” (Firulete) y “de salón” (Juan Verdaguer) serían severamente cuestionados. Y es que muchas de esas rutinas tenían como ingrediente relevante el bullying y referencias machistas, racistas y homofóbicas que ahora serían inaceptables. Ni hablar de Don Francisco y su tendencia a reírse del público.

 Chiqui y Slimming cuestionados. Los funcionarios de “El Purgatorio” han seguido recibiendo reparos por su desempeño. Aparte de las quejas de Viñuela y Jordi, y las críticas de Mauricio Israel y Patricia Maldonado, al parcito le tocó sufrir en el capítulo donde las invitadas fueron Catalina Pulido, y la ultra tóxica Claudia Schmidt. Esta última se dedicó a aportillarlos sistemáticamente, y los terminó apestando al punto que se negaron a entregarles las lápidas. Además, Slimming fue cuestionado por el calibre de las tallas que le espetó en su cara a Daniel Valenzuela por su particular y conocido episodio familiar.

Lo que hacen ambos se conoce como “roast”. Es algo que se hace mucho en países de habla inglesa. De acuerdo al Instagram “laescueladehumor”, "es un formato de comedia basado en un discurso acerca de un individuo que recibe burlas surtidas por otro grupo de personas, quienes realizan comentarios graciosos sobre su trabajo, personalidad, rasgos físicos, o cualquier otro elemento, pero sin llegar a ser una crítica dura y real. Una suerte de bullying permitido por la víctima". Sin duda es una apuesta audaz la de intentar este formato en la TV abierta en un momento de epidermis sensibles, egos hiperventilados y dictadura de lo políticamente correcto

Como señalé en un artículo anterior, el que acepta aparecer en “El Purgatorio” lo hace perfectamente a sabiendas de que se va a encontrar con esto. La mayoría de los invitados lo han sabido asimilar, en particular los agradables capítulos con comediantes de invitados como los de Iván Arenas con Willy Sabor, y el de Claudio Moreno con Kurt Carrera.

El "Palomo" no llora, el "Palomo" factura. El caso de Daniel Valenzuela es más que especial. En el 99,99% de los casos, que tu mujer te ponga los cuernos con tu hermano sería un tema super ultra tabú del cual no se hablaría, y significaría un quiebre familiar seguro y un odio parido por los siglos de los siglos. El hecho de que Daniel y su familia hayan logrado recomponer las relaciones y mantener la unidad familiar ya de por sí resulta notable y digno de admiración. Además de eso, ha logrado transformar este duro episodio en un activo para su carrera. Lo usó en sus intentos de comedia stand up, su ex pareja Yamila Reyna le sacó buen provecho, y no tiene problemas en ir a programas de farándula (y cobrar bien por ello) para hablar del tema. 

Era evidente que a Daniel lo iban a palanquear con este asunto en “El Purgatorio”, más aún considerando que al frente estaba Luis Slimming, para el que este asunto ha sido una de sus insumos “regalones” para sus chistes desde su época de libretista de Edo Caroe. Su cara seria ante las tallas de Slimming llevaron a que se apagaran las risas en el público, lo que generó un momento tenso. Al final, Chiqui Aguayo lo abrazó al entregarle la lápida y a la semana siguiente el propio Slimming tuvo que reconocer que se le pasó la mano.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Actualización Previa Viña 2024: Peso Pluma no llega ni al primer round

El doble hito de “Now and Then”: el final de The Beatles y el inicio de la era de las Inteligencias Artificiales.

Análisis informal del fenómeno Taylor Swift: Parte 1: Una artista injustamente subvalorada.